Nuestra vida es algo muy importante. Sólo tenemos una. Para algunos esta frase es la excusa ideal para vivir al día, disfrutando cada momento sin pensar en las consecuencias. Carpe diem. ¿Se consigue así una felicidad duradera? La verdad es que para mí, no. Para mí es sólo una forma de engañarse, esperando el siguiente momento para escapar de una realidad que quizá no es como siempre la soñamos.
Lo bueno es que cambiar esa realidad depende en gran parte de nosotros, de tomar la responsabilidad de nuestras acciones y avanzar día a día como personas. El problema radica muchas veces en que no sabemos qué es aquello que realmente queremos. Las influencias externas como la familia, los amigos, los vecinos, las películas, el qué dirán, etc. tienen un gran poder sobre nosotros. No hay nada más triste que dedicar gran parte de tu vida para lograr algo que no es lo que tú realmente deseas.